A través de mis años de entrenamiento me he encontrado incontables veces con la misma pregunta:

¿Qué es Bujinkan?

La respuesta es simple, pero larga.

Para empezar, denominamos Bujinkan Budō Taijutsu (武神館武道体術) al sistema compuesto por nueve escuelas (ryūhas) de artes marciales tradicionales japonesas de origen ninja y samurai, teniendo la más antigua de ellas más de 900 años.

Fundada por Masaaki Hatsumi, alumno de Toshitsugu Takamatsu, cada una de estas escuelas posee características diferentes en el ámbito técnico y filosófico, aunque todas ellas encuentran varios puntos en común en el Budō Taijutsu.

A grandes rasgos, Bujinkan (武神館) significa «La casa del divino guerrero», Budo (武道) es el camino marcial y Taijutsu (体術) representa el combate (que puede ser con o sin armas) utilizando el movimiento natural del cuerpo.

¿Como es el entrenamiento?

Es común que (en occidente más que nada) se confunda el concepto de Taijutsu como un «combate cuerpo a cuerpo» sin más, donde puede ganar el más fuerte y/o el más rápido. Quien se quede con esta sola idea apenas araña la superficie de algo mucho más grande: se trata, en realidad, de un refinado método de entrenamiento basado en la libertad de movimiento del cuerpo y se caracteriza por la naturalidad de sus técnicas, aprovechando nuestra biomecánica y la del oponente.

Mediante la práctica constante descubrimos el sentimiento del combate en un espacio controlado para poder aprender a movernos con seguridad en las diversas situaciones de peligro que se nos presenten en la vida.

El objetivo es lograr la armonía entre el cuerpo, la mente y el espíritu y, mediante ellos, protegernos y proteger al otro (en lugar de destruirlo). De esta manera damos la oportunidad a nuestro oponente de cambiar y hacer lo correcto, quitándole el poder pero no la vida. Como algunos dirían, es “buen karma”.

Este último punto expone la esencia del verdadero guerrero quien, pensando en el bien común, elige transitar los caminos más difíciles (pero a su vez los más satisfactorios para sí mismo y la comunidad que integra).

No ha de extrañar que nuestro entrenamiento tienda a convertirse, entonces, en un reflejo de la vida misma, donde nuestra postura corporal define la actitud de la mente y viceversa. Dicen los que saben que no se puede sonreír, tener la frente en alto y estar triste a la vez.

De la misma manera ocurre que, una vez adoptada la postura correcta, comienzan a suceder cosas correctas. Al cambiar uno, el entorno cambia para adaptarse

Con Hatsumi Sensei en el hombu dojo.

Beneficios de la práctica

Es difícil resumir todos los beneficios de la práctica constante (aparte del ejercicio físico), pero principalmente desarrollamos ciertas características que ayudan a forjar el espíritu y a mantener un auténtico corazón inmutable.

Algunos de las virtudes que se cultivan mediante la constancia coinciden (no casualmente) con las reglas que tratamos de asimilar ni bien comenzamos la práctica:

Paciencia

Saber que la paciencia viene primero.

Justicia

Saber que el camino del hombre viene de la justicia.

Flexibilidad

Renunciar a la avaricia, la indolencia, y la obstinación.

Resiliencia

Reconocer la tristeza, y la ansiedad como algo natural, y buscar siempre el corazón inmutable.

Benevolencia

No desviarse del camino de la lealtad y el amor fraternal y ahondar siempre en el corazón mas profundo del Budo.

En definitiva, Bujinkan es un arte que contiene infinidad de enseñanzas y es parte del trabajo de cada practicante el estudio de los aspectos que van surgiendo durante la practica.

Esto es sólo mi humilde visión de este arte marcial que mas que una disciplina es un estilo de vida. Si desean conocer más no duden en contactarnos o reservar una clase de prueba!

Nos vemos en el tatami!