¿Qué son los hábitos? Son pequeños actos o comportamientos que repetimos diariamente. Los buenos hábitos son escalones que nos ayudan a lograr nuestros objetivos. Los malos hábitos nos alejan de ellos.

Ahora, ¿cómo podemos construir buenos hábitos y mantenerlos en el tiempo?

Auto-evaluarnos: Pensar en aquellas cosas que hacemos que sabemos que nos alejan de lo que queremos. Reflexionar en cómo cambiarlas por acciones que reflejen resultados positivos. Idear un plan.

Paso a paso: ahora que tenemos el plan, es importante elegir lo primordial y llevarlo a cabo un día a la vez. Si nos proponemos veinte cosas juntas, es probable que en poco tiempo no podamos mantener ese nivel de exigencia. Es mejor ir de lo más importante a lo más pequeño, paso a paso.

Cambiar de forma progresiva: Empezar poco a poco, respetar nuestro nivel e ir avanzando día a día. No sirve entrenar una semana hasta desmayarnos y la siguiente no hacer nada. Es importante entender en qué situación estamos, qué es lo que necesitamos y tratarnos con cariño en el proceso. Es importante confiar en nosotros mismos y en que llegaremos a nuestras metas, pero es aún más importante entender que lograr los objetivos es algo que se construye  diariamente.

Luchar contra las excusas: Nuestras viejas costumbres pelearán por imponerse, por volver a situarnos en las antiguas rutinas. Así como tenemos pequeños avances, también tendremos pequeños retrocesos. Es una parte normal del proceso. Pero cuando aparezcan las excusas que nos quieran llevar nuevamente a nuestra zona de confort, es importante enfrentarlas y darnos cuenta de que ya sabemos dónde conduce ese camino, ya hemos estado allí y ahora elegimos otra cosa para mejorar nuestras vidas.

Crear rituales sanos: Encontrar aquellas cosas que nos gustan y disfrutarlas plenamente. Darnos tiempo para crear pequeños rituales diarios que nos conecten con nosotros mismos y con lo que verdaderamente queremos, con lo que es realmente importante. Darnos tiempo para tomar un té mientras escuchamos nuestra música favorita y miramos por la ventana. Son pequeños respiros que nos cambian el día y si nos los permitimos pueden ser verdaderos oasis internos.

Analizar el progreso: Cada tanto tenemos que revisar nuestros objetivos y ver si estamos haciendo avances en nuestro proceso. Es un buen momento para ver el camino recorrido, reflexionar sobre los cambios y ajustar ciertas rutinas en caso de que sea necesario.

Festejar nuestras pequeñas victorias: Si logramos llevar a cabo nuestros nuevos hábitos durante cierto tiempo y vemos los resultados, es muy alentador que podamos festejar nuestras pequeñas victorias. Si, por ejemplo, nos propusimos dejar de fumar y cumplimos un mes sin hacerlo, es muy bueno que podamos compartir nuestro triunfo con aquellos que nos rodean, ya que de esta forma nuestro cambio quizás inspire a otros a realizar cambios similares.  

Tenernos paciencia: Nada ocurre de la noche a la mañana. Para lograr construir nuevos hábitos necesitamos tenernos paciencia, ser constantes, persistir las veces que sea necesario y poder hablar sobre lo que nos pasa en un ambiente alentador. Juntarnos con personas que tienen metas similares a las nuestras puede ayudarnos a sentirnos acompañados, comprendidos y a llegar más lejos. No hay mejor momento que el ahora para intentarlo.