Souji es un concepto japonés que se refiere a la «limpieza» del tatami y es importante que todos los instructores y alumnos del dojo participen de la misma. 

En el dojo buscamos la purificación y el refinamiento de nuestro espíritu y esto solo puede conseguirse en un lugar que esté acorde a esta búsqueda.

Con frecuencia se asocia al dojo con un gimnasio donde el simple hecho de abonar la cuota lleva implícita la limpieza del espacio. Y en el dojo esto es diferente, porque la limpieza del tatami corresponde a los instructores y a los alumnos del dojo, sin importar la graduación que tengan, ya que esto forma parte de la práctica diaria.

El tatami es, por un lado, el espacio donde practicamos diversas artes marciales; pero también, es un lugar donde entramos descalzos, despojados de todo lo que nos identifica con el mundo exterior. Al limpiar el tatami mostramos respeto por el dojo y por los compañeros que están por entrar a la clase siguiente. 

Es una manera de decir: «Estuve aquí, lo intenté, lo hice lo mejor que pude y ahora me voy dejando detrás de mí un espacio fresco, limpio, puro.» Una hoja en blanco para empezar de nuevo la siguiente vez.

Participar de la limpieza grupal del tatami implica buscar en nuestro interior la humildad de mostrar agradecimiento al espacio que nos protege y nos permite crecer día a día.

Todos los días tomamos el compromiso con la práctica y la limpieza del tatami luego de cada clase es una parte fundamental de ella.